La verdadera libertad...

-Tak-tak-tak- Los rieles suenan mientras llevan al carrito a las Alturas y a caminos desconocidos, a vueltas cerradas y a velocidades extremas. –tak-tak-tak- Poco a poco tu vehiculo toma mas y mas altura, las personas de abajo se van haciendo chiquitas y tu corazón empieza a latir mas fuerte cada vez que escuchas los gritos de nerviosismo combinados con algunos otros de valentía. No puedes evitar sonreír mientras te vas retando a levantar las manos y entregarte a la falsa seguridad que te da una barra de metal apretada contra tu abdomen. –Tak-tak-tak- Ese sonido que dependiendo de la persona causa terror, emoción, desesperación, euforia o reto sigue sonando mientras levantas la mirada y de pronto te das cuenta que el camino que te lleva hacia el cielo se corta, se acaba y sabes que el momento que parecía no llegar nunca o que de plano no querías que llegara nunca, esta ante ti.

Todo queda en silencio…

El carrito para por un breve instante en la cima de la montaña y ahí arriba, justo cuando tienes el mundo a tus pies, justo cuando tus ojos contemplan esa hermosa vista del horizonte y alcanzas a ver a lo lejos la ciudad, las montañas, los edificios y las casas, cuando te quisieras quedar ahí por un rato mas, maravillado de nuestro mundo, te acuerdas de que Galileo Galilei dijo que gracias a la gravedad, todo lo que sube… tiene que bajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar!!!


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Como me acuerdo del single ese de: “El súper verano ’94 en el nuevo reino aventura…”. Ir a reino aventura era igual a pasar todo un día genial. Automáticamente pensabas en los juegos mecánicos y a cuales de ellos te querías subir.

Obviamente los primeros que saltaban en mi mente eran los mas pesados, no se por que pero siempre he tenido un gusto especial por las emociones fuertes. No tenia nervios de subirme al “Escorpión” que era la ultima gran atracción del dichoso parque de diversiones (Ahora con nuevo nombre) y el cual siempre estaba hasta el gorro de gente. Filas de 45 minutos o más para un recorrido de 1 o 2 minutos. A mi solo me entraban los nervios ya que estaba hasta arriba y estaban a punto de soltarnos y entregarnos a los rieles de acero, a la ingeniería al servicio de la diversión, a la velocidad y a sus dos famosas vueltas de 360°.

Que tiempos aquellos. Recuerdo en especial una vez que fuimos con toda la familia, mi madre como siempre muy estricta me había dicho que nos teníamos que ir a las 6:00 de la tarde por que estábamos muy lejos de casa y quería llegar temprano (En ese entonces no podía decir que iba a haber trafico por que la verdad es que en ese entonces ni conocíamos esa palabra), total yo me la estaba pasando de lo mas chévere, acabábamos de salir por 3ª vez del “Recorrido virtual” que era uno de esos simuladores de viaje en los que te metes en una especie de cabina y con ayuda de una tele, mecanismos de vibración y limitados movimientos de tu “Vehiculo” te adentrabas (Con mucha imaginación, la cual en ese entonces me sobraba) en un viaje extremo escapando de un volcán en erupción. Como me gustaba, total que ya iba yo camino al chow acuático (Léase Keiko) cuando de pronto me acuerdo de la hora y de mi madre y cuando me van diciendo la hora, que me vuelvo a acordar de mi madre y de paso también de un gancho, cinturón o palo de la escoba (Quien sabe por que).

-Chin! Me dijo que a las 6 en el kiosco del pueblo vaquero*!-
*Dato pa’ los que están diciendo que el viejo oeste ya es cosa del pasado o que de plano nunca tuvieron infancia: Reino aventura, al ser un parque de diversiones muy grande, se dividió en secciones o bien, pueblos. Eran el pueblo vaquero, el francés, el polinesio y creo que el mexicano y si, cada uno de ellos estaba adornado ad hoc con su titulo.
-Hijoles si es cierto!- Me dijo mi tía Mary, la cual nos iba cuidando a mis primos y a mi de no hacer desperfectos.
-No manches ya ha de estar enojada- Me dice mi primo Ivan.
-Pues vamonos!- Me dice Tania, a quien le veo la cara de preocupación, después veo la de mi tía y después la de los demás y fue en ese entonces, publico querido, que me di cuenta que mi mama ya se había hecho de una buena… o mas bien mala, reputación.

Pues bueno ahí vamos corriendo al mentado kiosco cuando de repente vemos que el resto de la familia esta ahí reunida y con posición de suricatos, con la vista en el horizonte, buscándonos. Inmediatamente busque a mi mama para que esos segundos preciosos de adelantarme causaran un poco menos de repercusiones al castigo mortal que me esperaba, pero ella no estaba ahí. Guajiramente pensé: “Igual y apenas viene para acá. Ya chingue!”, hasta que mi tío Sabino corto el sueño: “Tu mamá fue a buscarte” y no había acabado de hablar cuando de pronto escucho el grito: “Juan Carlos!!! Donde estabas!” Bueeeeeeeeeeeno, me puse blanco por unos instantes y al momento de voltear me encuentro con una de las imágenes que permanecerán en mi memoria por siempre.

El cuadro era el siguiente: Mamá caminando hacia a mi, con los puños cerrados, la mirada como con dos pistolas, con cara de pocos, digo, muy, muy pocos amigos y total y absolutamente empapada de pies a cabeza. Titulo de la obra: Sopa de mama furiosa.

El mundo se quedo en silencio por un instante y después se escucho mi ingenua e inocente pregunta: “Que te paso mama?” y por respuesta obtuve un lindo y tajante “Cállate y vamonos!”.

Mi tía Laura que había acompañado a mi mama a buscarnos suelta la resumida historia mientras mi mama se aleja hacia la salida del parque hirviendo el agua que tenia encima del puritito coraje: “Es que para buscarlos se subió al puente del Splah*.” Y de pronto todos nos encontramos en uno de esos momentos que se presentan pocas veces en la vida, ya que estas parado justo en la línea entre llorar o carcajearte de risa.

*Dato 2: El Splash era una como montaña rusa en donde tu destino final era una especie de piscina gigante con la cual tu vehiculo se estrellaba y levantaba un montón de agua justa para empaparte hasta los huesos, no solo a ti, sino también a los desprevenidos (Como mi mama, jajajajajaja!!!) que se subían a un punte que estaba justo enfrente del juego este. Jajajajajaja!


Ubican ese sonido de cuando te vas a cagar de la risa pero te lo contienes? Ese como “Grrrnnnhhh…” pues ese sonido se escucho en las gargantas de toda la familia al mismo tiempo. Total me despedí de todos con la vergüenza debida y le di el último adiós a Reino Aventura, por última vez en su historia en un día agridulce y memorable.

Reino aventura, el buen Cornelio y Keiko desaparecieron años despues. El parque cambio a Six Flags y desde esa tarde no me había parado por ahí, hasta ayer…


***


Sentirte libre mientras vas viajando a 120 km/h, gritar, alzar las manos, agarrarte en la curva, volver a gritar, alzar las manos, sentir la velocidad en tu cuerpo, dejar todo atrás, no acordarte de nada, sentir la adrenalina, enfocarte en el presente al 100% , reír solo por que si, reír de verdad por que no sabes que va a pasar después, gritar mas fuerte, libertad, sentir la verdadera libertad y solo al final, cuando el juego se para, recordar que tienes que respirar. Es algo único.


Vale la pena esperar mi turno por diversión de unos pocos minutos?


Dios, Si! Por que como decía el comercial: “La vida debe de ser divertida”.

-st.JC!