Como morir en el sol.

-Te gusta?

-Si!

-Quieres mas?

-Si, mas!

Mientras gemía Lorena respondía tímidamente a las preguntas de autoelogio que le hacia Marco, su novio, mientras ella de rodillas en la cama y con las manos en la almohada sentía por segunda vez sensaciones en todo su cuerpo que nunca había experimentado, probando su propio sudor, escuchando su propio placer, sintiéndose, sintiendo, sus manos acariciando sus pesones, su espalda y jalando su cintura a la de el cada vez mas rápido y mas fuerte. Sus gemido se convertían en gritos mientras su piel se crispaba y los dedos de sus manos se contraían.

-Quien es tu papi!? Le preguntaba Marco jadeante, mientras Lorena le contestaba entre quejidos: -Tu!

-Quien? Dilo mas fuerte!

-Tu, tu, tu eres mi papi!!! Aaaaah!!

Poco segundos después Lorena y Marco quedaban tendidos en la cama, con el cuerpo flojo, los ojos cerrados y con una leve sonrisa en la boca. Lorena, acerco su mano izquierda a la mejilla de Marco mientras acariciaba sus muslos con la otra. Una línea de luz dorada se filtraba del piso al techo a través de las cortinas oscuras y baratas del hotel,  dando la suficiente luz como para que ambos se miraran desnudos sin esfuerzo alguno. Sus miradas se cruzaron  después de haber recorrido un largo y a la vez efímero camino que es el mirar con intenciones de recordar por siempre. El aire se sentía relajado, sin movimiento, sin ruido, casi sin vida. Hasta que Lorena en un susurro amoroso le decía a Marco el primer “Te Amo” sincero de su vida. 

Lorena era una chica de secundaria promedio. Sus amigas y ella disfrutaban de hablar de música Pop, de artistas que se pasaban de “Cueros”, de hablar de sus novios y de cómo seria su primera vez, aunque muchas se guardaban el secreto de que ya habían perdido la virginidad por el miedo a lo que dijeran los demás o por que terminaran como Daniela, que por andarlo diciendo a los cuatro vientos que ya se había acostado con su guey, con tal de ganar popularidad, termino por ser un objetivo andante de las burlas de las chavas y los albures de los chavos. En fin que nadie la bajaba de puta, hasta que su mama la saco de la escuela y la metió a un colegio católico. A ver si no termina dándole los votos a los padrecitos decía el Churrumais mientras que Chio lo apoyaba diciéndole que de seguro le iban a dar la ostia de rodillas.

En fin que los recreos eran así, platicar de esto, platicar de aquello, atreverse a esto y chismearse aquello. La casa era un lugar no tan malo de acuerdo a los estándares generales de los estudiantes de su escuela. No le pegaban, no tenia que atender algún negocio llegando de clases, su papa no era obrero ni albañil ni su mama tamalera. Todo lo contrario, se podría decir que era privilegiada, su casa era bastante respetable y su familia era Ps, normal guey, como ella decía. Su mama era tantito mas ogt y su papa mas chido, su hermana era un desmadre, pero se llevaban bien, dentro de lo que cabe, siempre y cuando no se metiera con sus cosas o estuviera de pinche sanguijuela chismosa como Vanessa le decía cuando ella andaba platicando con su novio en la sala.

Nunca se le olvido a Lorena el día que sus papas se fueron a una fiesta y les encargaron la casa, Quiero que cuides bien a tu hermana y no quiero que nadie entre a la casa Lori y si pasa algo así quiero que me digas, entendido chiquita? Lo que obviamente a Vanessa le valió madres y cuando llego su novio justo 10 minutos después de que habían salido sus padres mando a Vanessa a su cuarto con la advertencia de que si por algún pinche motivo se le ocurría bajar no se la iba a acabar. Pero la curiosidad y la soledad siempre son dos compañeros incómodos que solo se les hace a un lado invitando a la excusa. Paso entonces que Lorena de repente tuvo una sed incontrolable y salio de su cuarto de puntitas y sin la intención de hacer ruido alguno, todo lo que escuchaba era la tele en la sala con un volumen considerable, no había señal de su hermana ni de su novio. Fue hasta que llego a la cocina que los vio parados y recargados contra el arco que separaba la sala del comedor. Su hermana con su sweter rosa alzado y con los pechos de fuera se encontraba de espaldas a su novio quien tocaba su vagina por debajo del pantalón mientras que con la otra acariciaba torpemente sus senos.

Lorena con sus 13 años y el peso del mundo encima, estaba petrificada, no sabia que hacer, no sabia que estaba pasando, no sabia que iba a pasar. Lo único que si sabia era que no tenia que estar ahí. Vanessa gemía y le decía a su novio que quería coger. Fue entonces que paso. Vanessa dejo de besar a su pareja y volteo la cabeza justo para tener frente a sus ojos a Lorena, con sus ojos abiertos como dos platos, la boca chiquita y las manos contraídas en el estomago.

-Hija de la chingada! Grito Vanessa mientras se bajaba el sweter y tomaba vuelo para darle una bofetada que le volteo la cara a su hermana Lárgate a tu pinche cuarto y me esperas por que ahorita te va a cargar la chingada. Le seguía gritando mientras que la otra llorando se alejaba corriendo escaleras arriba.

Esa noche después de las disculpas, los lamentos, las lagrimas y los reclamos correspondientes, Lorena y Vanessa se hablaron como dos hermanas grandes y maduras, se descubrieron la una a la otra y encontraron cosas que nunca habían visto en el ser de la otra y entonces llegaron a ese punto esencial pero rara vez encontrado en el comportamiento humano en cual las personas se pueden entender sin necesidad de palabras.

Esa noche, también, hablaron de sexo.

Un año después Lorena había probado las mieles de contar con el sentido del tacto, con un clítoris, con un par de pezones, con unos labios y con Marco. El amor de mi vida nena, neta que lo amo no sabes, infinito. Como ella le platicaba a cada amiga. Nadie supo por que había llegado a querer tanto al tal Marco. Era un chavo común, no era guapo, no era listo, jugaba maquinitas o se la pasaba todo el tiempo viendo videos de youtube y el acne era el protagonista de su cara como lo es en la cara de cualquier adolescente común. Su objetivo en la vida era el de cualquier chico de secundaria: ligarse a cuantas viejas pudiera y perder la virginidad antes que cualquiera de su grupito. Y estaba decidido a hacerlo y comprobarlo para jactarse de que el era El Chingon. Por lo menos esto fue lo que dijo después de recibir una golpiza de sus padres quienes lo salvaron de un linchamiento inminente.

Las cosas malas se saben muy pronto y se pueden parar a tiempo muy pocas veces. Lorena lo supo. 2 días después de su segunda visita a un hotel era la Piruja de la escuela. Yo también quiero ser tu papi chiquita! Le gritaban en el patio de la escuela de distintos frentes y sin dar cuartel alguno, Que rica estas mami, Que bien te mueves!!!, Yo si te la mamo! Eran frases de cada cinco minutos que iban y venían cada vez con mas fuerza y con menos piedad. Sus amigas ya no se le acercaban y sentía que los profesores la miraban de forma distinta. La hacían sentir incomoda.

De un día para otro todos los celulares de la escuela desplegaban las imágenes de un encuentro que para ella había estado lleno de amor y sentimiento y lo convertían en un acto de circo en donde el domador era Marco y el hazmerreír era ella. Su tarde de amor fue calificada con 5 estrellas en youtube hasta que vetaron el link y después se volvió top ten en los sitios under. De pronto todo el mundo se desmorono y solo quedaron migajas de odio, confusión y un vacío de tristeza eterna.

Cuando su mama se entero solo hablo para resaltar las palabras: ninguna hija mía es una PUTA. Tu no eres mi hija. Su papa no dijo nada y las lagrimas que brotaron en sus ojos fueron suficientes como para acabarle de exprimir el alma. El único apoyo que recibió fue de Vanessa y eso, solo con un: Hijo de su puta madre!

Las fuerzas solo le duraron para caminar como un muerto andante por 5 días. Sin comer, sin hablar, con los ojos perdidos en la nada. La escuela le dio 20 días de asueto y le pidió a sus padres que consideraran el cambio de institución ya que Lorena podía ser mal ejemplo para los demás estudiantes.

Fue un jueves de tarde lluviosa mientras que su mama lavaba los trastes que el sonido del agua chocando contra la cerámica fue interrumpido por un sonido rápido, fuerte y sordo. La mama de Lorena subió corriendo las escaleras mientras gritaba el nombre de su hija sin respuesta alguna, forcejeo con la puerta de su cuarto, la cual estaba atorada con un pupitre. Al entrar por fin en el cuarto noto que el aire se sentía relajado, sin movimiento, sin ruido, casi sin vida. Hasta que vio a Lorena acostada boca abajo en su cama y en un susurro la llamo por su nombre. Las sabanas rosas se volvían rojas por debajo de su cuerpo inerte y la pistola de su marido yacía tirada en el piso.

Una línea de luz azulada se filtraba por las cortinas y dejaba ver en el tocador de Lorena una nota que rezaba: Perdónenme, los quiero.

Para esa chica que creyó en el amor en el tiempo y en el lugar equivocados.

Descanse en paz.

-st.JC!