martes, 21 de diciembre de 2010

Regresión contra la pared.


Qué tanto puedes conectarte con una nota musical, una imagen o un recuerdo? Hasta dónde has viajado? Cuántos años hacia atrás recorriste? Pudiste recordar lo que sentiste, lo que viviste o la manera en que se te puso chinita la piel?


Ayer fui a un concierto que más que un concierto fue una experiencia de vida, de esas cosas que dejan algo dentro de ti que difícilmente olvidaras. No solo por todo lo que me hizo recorrer en el tiempo, como me paso con Radiohead, sino por todas esas cosas que me hizo sentir, las que me hizo vivir y ciertos ideales que tenia que recalcar y reflexionar. Un concierto tiene diferentes significados para las personas a las que les gusta la música, incluso para las personas que van a ver cosas como Wisin y Yandel. Un concierto puede significar montón de cosas: un momento de desmadre, un par de horas de alegría al ver ante ti a tu artista favorito, puede ser una oportunidad para conocer a alguien, puede ser una sola canción, puede ser (desgraciadamente pasa) moda, y por lo que me han platicado muchas personas, puede ser una oportunidad para descargar el estrés; para aventarse, para saltar, para gritar y extirpar toda la mierda que deja dentro de ti el tráfico diario, el México rojo que vivimos, las pendejadas del jefe y las pendejadas propias de cada día… Puede ser el robarle unas horas al universo y sentirse Jay-Z, Eminem, Puff Daddy o Snoop Dog, Saltar y mover los brazos en el aire con todo el Flow que tu cuerpo sea capaz de brindarte.

Lo digo por Wisin y Yandel como personas, no por su público. Ja!
 
Pero dejando de lado la innecesaria shit y si me permiten quiero platicarles de un disco y de un concierto.

“The Wall”. Sin lugar a dudas fue el disco que marcó mi adolescencia. Tal vez tenga que ver en gran parte por que mi padre, como parte en mi iniciación a esos actos religiosos llamados conciertos, me llevó a presenciar a Pink Floyd en su gira de The Division Bell allá por el mítico año 1994 (Kurt, ruega por nosotros), fue en un lugar que apenas estaban empezando a abrir para albergar musicos de talla grande (a alguien le suenan los Rolling Stones con el Voodo Lounge?), que en ese entonces se conocía como el Autodromo de los hermanos Rodríguez. Era obvio que a mis escasos 12 añitos mi conocimiento sobre Pink Floyd era sumamente escaso y mi acercamiento más cercano era una canción a la que, regresando de nueva cuenta en el tiempo, yo conocia como “la de los niñitos”. Íbamos por los rumbos de la raza en la caribe roja despintada que mamá tenía, lo recuerdo claro, estábamos dando vuelta en una glorieta y el día era soleado, si mal no recuerdo la estación era Universal Estéreo y entonces sonó… como cualquier niño de entre 4 y 5 años, yo iba baboseando a través de la ventana trasera del carro hasta que algo de la canción me llamó la atención: las voces de los niños cantando algo así como: “wiro guy no nedubeshion… wiro buino tou conrol… hey! Bicher levaquimalon!”  
-Como se llama esa canción papá?
-Esa? La pared
-Y ese grupo es de niños?
-No, se llama Pink Floyd, pero pusieron a niños a cantar. Hasta tiene una película, te gustaría verla?
-ajá… y entonces se me olvidó de qué hablábamos y seguí contemplando los  coches que pasaban a nuestro alrededor.

Total que unos años después y ya estando en el recinto mencionado con Pink Floyd tocando para mi… y otros miles más, yo me encontraba sorprendido ante tanta gente cantando la famosa The Wall, Wish you where here, Brain Damage y Confortably Numb… esa canción. Pero no era solo eso, eran los muñecos inflables enormes que traían, la pantalla gigante y redonda que nunca se había visto antes y en la que se proyectaban imágenes de la película, que por cierto, para ese entonces ya había visto aunque la neta no le entendía ni madres, por que era perturbadora y triste hasta la chingada. Pero ah! como me acordaba de cuando hacían carne molida a los niñitos, jajaja. Esa ocasión me quedé con ganas de escuchar más y más y aprenderme las canciones que todo mundo cantaba, de aprender más y más inglés para saber qué decía esa canción que se oía tan bonita y que empezaba algo así como: “So, so you think you can tell...”  Tal vez entonces, algún día, volvería a ver a Pink Floyd y entonces lo pudiera hacer de nuevo.


Poco tiempo después, papá, el culpable de mucho de lo que oigo hoy día, me regaló el cassette doble de portada blanca y ladrillos marcados en azul claro, y que en letras pintadas salvajemente decía: Pink Floyd, The Wall. Años después me encontraba trabajando en una tienda de electrónica, vendiendo equipos de audio y video. En ese entonces tenia un amigo, muy preciado y con el que desgraciadamente casi ya no tengo contacto, que gustaba de comprar muchos DVD’s (creo que el me pegó esa enfermedad), llevó un día un concierto de Pink Floyd, que según yo fue grabado en Alemania, allá por los 80`s en el que presentaban el álbum TW con un concepto que me pareció increíble: Iban construyendo una muralla, ladrillo por ladrillo, mientras el disco, tocado en vivo, iba avanzando. Y al final, la pared era destruida y al ver como cada ladrillo caía al suelo solo pude decirle: “No mames! Te imaginas? Haber estado ahí?”

Y entonces ahí estaba yo. Por fin. 16 años después, ante una pared blanca y semiconstruida, dentro del palacio de los deportes y con ansias y nervios por lo que venia. Conociendo cada canción, después de haber vivido y sentido ese disco (cassette?) tantas veces en mi vieja grabadora negra. Lo único que me faltó fue a mi papá a mi lado… no quiso ir, por que, como todo músico empedernido, tiene sus creencias de repente demasiado radicales y necias: “Ya ví a Pink Floyd, y con un show increíble (Deben saber que para él, ese fue el show del universo… uds juzguen, pueden ver el DVD de Pink Floyd: P.U.L.S.E). Además, Roger Watters fue el que deshizo la banda.” Hay papá! Yo quería que fueras conmigo, que babas estas en verdad!!! Pero bueno, para mi tu estuviste ahí en cada canción.

The Wall.

Los famosos cerdos del Sr. Waters, esta ocasión con frases como: Whats wrong with people? / Everythings gonna be allright. Just keep consuming. / Trust us (Debajo del legendario logo de los martillos cruzados). Salio para animar todavia mas la canción Run.

Las luces se apagan.
No escucho nada más que mi garganta uniéndose a miles más.

El “vagabundo” que estaba payaseando entre el público y con un letrero que decía: Necesito dinero para tragos y putas. Llegó hasta el escenario. Muchos nos preguntamos si era Roger Waters, nunca supe. Pero de su carro de supermercado, saco un muñeco muy familiar y lo aventó al escenario, después desapareció y entonces todo comenzó: “In the Flesh” sonó como nunca lo había escuchado. No sabía que el Palacio de los Deportes pudiera ser domado por fin y brindar un audio tan hermoso. Roger eres un hijo de puta, gracias por ser tan meticuloso.  Aparte de todo estaba planeado para sonar como un cine… con canales traseros y delanteros. Así que de repente sentías cómo se acercaba por detrás un avión y te pasaba por encima mientras escupía fuego con sus balas. Proyectores de alta definición creaban imágenes en la blanca pared que igual podían hacerte gritar y sorprenderte, o presentarte imágenes que podían ponerte a llorar, con niños recibiendo a sus padres cuando estos regresan de la guerra mientras “Bring the Boys Back Home” es interpretada. Pero, no se trata tanto de los logros técnicos o sí? The Wall está tan cargado de mensajes y es tan profundo que cada canción es parte de la otra y cada imagen que se presentó forma parte de ella y entonces de pronto te ves sumergido en una experiencia tan envolvente que no puedes hacer nada más que dejarte ir.  Y entonces qué tanto pude conectarme a todo eso? A las tardes de escuchar el disco encerrado en mi cuarto? A lo cerca que me sentía cada vez más de entender esa película rara y triste, cada vez que la volvía a ver? Que si pude sentir la piel chinita igual que la primera vez que…

Hello… is there anybody in there?
Por qué lloraba con esa canción cada vez que la escuchaba? Por qué me hacía sentir tan parte de ella? Por qué me identificaba así? Ahí estaba, sonando ante mi, Confortably Numb. Y entonces regresé derechito y sin escalas ante esa solitaria hoja morada, esperando a que escribiera mi primera canción en inglés con solo escucharla, sin hacer trampas. Solo yo, una pluma, mi grabadora y un diccionario en ingles. Tratando de entender cada palabra y por fin escribir y entender esa canción palabra por palabra. Y cuando por fin la terminé, algunos minutos, horas, horas y medias después, la volví a escuchar y lloré mucho, pero más por que ahora sabia lo que decía cada palabra, por que sabía que de cierta forma yo también me había sentido así.
I can’t explain you would not understand. This is not how I am.


No sé bien cuántas veces lloré el día de ayer. Si, que marica, dirán. Pero, qué se puede hacer cuando algo de verdad forma parte de tu vida de una forma tan profunda? Yo creo que solo sentir, lo que sea que signifique para cada quien. Como explicar lo que siento con “Mother”? Tal vez solo los que me conozcan muy bien.

Muchos comentarios que escuchaba hoy en diversas estaciones de radio decían que el de ayer fue el concierto del año, que para muchos fue el concierto de sus vidas, que para otros tantos fue un gran concierto, pero que se quedó corto por… o que no le gano a… No sé, un concierto puede tener muchos significados para la gente. Y hoy, pensándolo un poco mejor, yo no puedo decir que fue el mejor de mi vida, o que fue el mejor concierto del año o simplemente que estuvo muy chingón. Yo solo puedo decir que ese concierto significó una parte de mi vida, una muy grande y bella.



-st.JC!

P.D. La verdad es que no tome muchas fotos. Solo esas dos. No se por que, yo creo que por que preferí guardarmelo. 
Pero pueden ver fotitos aca: http://entretenimiento.prodigy.msn.com/musica/galeria.aspx?cp-documentid=26826335&page=11
y aca: http://expectaculos.com/2010/09/16/fotos-del-inicio-de-la-gira-the-wall-de-roger-waters/

1 comentario:

  1. Hey you! Como siempre es un gusto leerte, sabía que venía Roger Waters pero no consideré para nada ir a verlo y ahora al leer esto me doy de topes porque creo que comparto mucho de lo que escribiste. Igual por mi señor padre, que muchos domingos me despertó con Pink Floyd a todo volumen. ese pensamiento infantil que también tuve de que "Another brick in the wall" era una canción de niños y el cassette blanco con ladrillos que le "robaba" a mi papá para escuchar sólo esa canción. Años después esa canción fue la menos importante porque ya estaba "Us and them", "Learning to fly", "Comfortably numb" , "Time", me llenaban más y creo que desde hace dos años los tengo guardados y desactivados de mi iTunes porque me da miedito de hartarme porque son ya veinte años de escucharlos...
    Ayer tuve que ir al Palacio de los Deportes a hacer un scouting para un evento y casi hago berrinche por no poder quedarme hasta hoy para verlo... Ni modo, confío en que vuelva en 2 o 3 años para no perdérmelo, porque será Roger Waters pero me late que vuelve a México cada que se le acaba el $ para sus chicles, ja!

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